Acabamos de pasar las Navidades... Esas fiestas en las que, por tradición, se hacen regalos y se está con la familia.
Personalmente es algo que me encanta. Veréis, soy un gato, y me encanta observar, y nada hay mejor que la sonrisa de un niño y la ilusión por descubrir que se oculta tras el papel de regalo... ¿Será la muñeca o el camión que se habían pedido? ¿O las tablets que tanto están de moda ahora?.
Sin embargo, se regalan pocos libros, muy pocos. Queremos complacer y luego las habitaciones están llenas de juguetes que apenas si se usan. Una pena, pues como dijo alguien cercano... No hay nada como regalar a un niño, el placer de contarle un cuento...
Me sorprendió un relato que contó un humano hace poco: decía que estaba un familiar suyo con su hija haciendo compras y que ella llevaba un libro, y el dependiente de la tienda quedó admirado y no pudo evitar decirle que era la primera vez que veía a una niña llevar un libro para leer mientras esperaba, ya que todos los niños de su edad llevaban consolas, móviles o tablets.
La respuesta de este señor, fue que también le gustaban esas cosas, pero que por suerte también había descubierto el placer de encontrar historias entre unas paginas de papel.
Creo que esto no es un imposible... No hay que insistir en que los niños lean, pues es un gusto como puede ser la practica de un deporte, pero si puede enseñarse que es divertido, si puede enseñarse que es otra forma de entretenimiento y que, si se quiere, se puede tener a disposición.
Y creo firmemente, que todo puede empezar con hacer un simple regalo de un libro por Navidad, pero atendiendo a los posibles gustos del niño, y realizando un acercamiento a la lectura juntos.
Feliz año a todos, y en breve estaré de vuelta con vosotros con sorpresas y novedades.
Un maullido especial!
:) Muy chulo. Te lo anoto.
ResponderEliminarTe dedico una sonrisa Bewi, por sacarmela a mi...
ResponderEliminarOjalá pensáramos más, leyésemos más, disfrutásemos más y en fin...tenemos que cambiar mucho :)
ánimo guapa