Este fin de semana me incomodaba la extraña falta de actividad que hay últimamente en mi vida... a mi, que adoro esos momentos de tranquilidad y poder disfrutar de un buen sueñecito. Así que estuve en un curso bastante enriquecedor sobre Lectura Eficaz, uno de esos cursos en los que la práctica predomina y no sólo se hacen más amenas las horas, sino que se aprende realmente lo que has ido a estudiar.
Es increíble como aún podemos tener la idea de que leer es descodificar un código ya conocido... es decir, ser capaces de entender las letras que forman una palabra y esas palabras que forman una frase...
Leer implica mucho más, leer es COMPRENDER y conlleva un proceso desde que la persona fija su vista en el texto, realiza sus fijaciones, lo descodifica, infiere en él, relaciona, lo asimila y entonces comprende lo que para él quiere decir el texto. Si, lo que para la persona significa, pues ocurre que la experiencia y los conocimientos del lector juegan un gran papel en el proceso de comprensión. Aportamos una alta carga de información "extra" al texto que es propia, nuestra.
Además influye el conocimiento del vocabulario y el sentido que le damos según el contexto. Incluso somos capaces de intuir el significado de una palabra o una expresión.
Tenemos la creencia también de que los procesos cognitivos para la lectura oral (en voz alta) y la lectura silenciosa son los mismos, pero estamos equivocados. Se trabajan de forma diferente y cada uno tiene unos objetivos y un desarrollo de habilidades distinto. Aún esto no se comprende en el aula cuando se trabaja con niños... Y ni siquiera con adultos.
Leer de forma eficaz implica por tanto desarrollar cada una de las habilidades que intervienen en los diferentes tipos de lectura de forma adecuada y tener en cuenta que esto es un proceso que lleva un tiempo y una evolución. En los centros, debe trabajarse de forma consecutiva cada año y entender que la lectura no debe ser una actividad impuesta, ni pensar que todos los niños deben tener y partir del mismo nivel de lectura.
Hay que asumir, como bien nos quieren plantear en el curso al que asisto, que nuestro papel como mediador (en este caso de la lectura) es importante y en nuestra mano está darle sentido a lo que hacemos, buscar nuevas vías de desarrollo y aprendizaje, y especialmente, a promover el gusto de leer por leer y motivar la búsqueda de placer en este acto.
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