Te saqué a bailar...
Te saqué a bailar en la intimidad de tu cuarto, bajo las notas de aquella balada diferente que acompasaban nuestros pasos nerviosos y adolescentes; la luz tenue acompañaba nuestras sombras al abrazarse, desprendiendo cierto toque de magia olvidada, tan delicada que al sentirla casi podría desvanecerse.