Creo que en ningún momento me enseñaron a crear ni escribir en mi época escolar. Fue algo que adquirí por mi misma.
Esta es una de las mayores deficiencias del sistema educativo en general y hablo con respecto a todas las etapas. En Primaria ni de lejos, pero ya en secundaria y en bachillerato... creo que debería aprenderse.
Nos sientan las bases de cómo escribir no sólo textos literarios, sino expositivos, argumentativos, descriptivos... Pero no hay práctica. Y justo la creación, el arte de escribir y dominar el lenguaje escrito, es una de esas cosas que se aprenden haciendo y no memorizando.
Lamentablemente se piensa que basta con mandar a los alumnos a escribir sobre su vacaciones o sobre temas sobre los que a lo mejor el alumno no se siente inspirado a escribir. Y encima como actividad obligatoria.... Puf. En serio, una actividad como la lectura o como la escritura tiene que abordarse desde otra perspectiva mas que por lo voluntario y lo obligatorio.... Hay que mirarlo como un entretenimiento, como algo incluido dentro de la educación. Es decir, que sea una actividad como puede ser escuchar música o pintar: algo satisfactorio. Una forma de superarse a sí mismo, especialmente hablando de la escritura. Que los niños lo entiendan como una forma de comunicarse con el mundo, de enseñar al resto de la gente lo que sienten, lo que opinan, lo que creen firmemente.
Jolin, si es que lo veo tan vital, y lo echamos tanto a perder los maestros... Yo aprendí a escribir por mi misma, tuve esa suerte, que alguna vez me interesé por escribir mis pensamientos en una libreta y que, a fuerza de leer, adquirí una capacidad que me satisface, aunque se pueda seguir perfeccionando.
Pero pienso que a muy pocas personas les ocurre esto, y me apena ver que el día a día en las escuelas es así. Luego he escuchado muchas excusas sobre el tema, de que la creación es difícil de trabajar, porque cada niño tiene un ritmo, que lo más efectivo son las redacciones, que tal que cual.
Y no. Después de este bloque, la respuesta claramente es un no.
Nosotros, como alumnos de Universidad, como futuros docentes, y como personas críticas y reflexivas, hemos comprobado que existen un montón de técnicas para trabajar prosa, verso y drama, de diferentes niveles, cada una destinada a un grupo de edad... Pero eran estrategias tan sencillas de hacer, tan divertidas, tan motivadoras, y tan diferentes al resto de cosas que se suele hacer en el aula, que el decir que no se puede es pura comodidad.
Siento ser tan directa. Pero hay cosas que me tocan la fibra y es la conformidad con la que muchas personas asumen su puesto de trabajo y aceptan prácticas que se saben que son malas y perjudiciales y se siguen haciendo. Y luego nos lamentamos con los informes PISA. Y luego los docentes nos lamentamos de que no se nos toma en consideración. Y así, poco a poco, la educación deja de ser importante para la sociedad, para los padres, para los alumnos, y para nosotros mismos.
Así que, hay replantearse cómo trabajar la creación literaria en el aula, y todo empieza por investigar nuevas técnicas, por formarse e informarse (que no es lo mismo), por tener interés para dar lo mejor de nosotros a cada alumno. Después, hay que probar lo aprendido, aún a conciencia de que podemos errar. Pero la práctica es fundamental y no hay que dejar de intentarlo aunque haya salido mal a la primera, segunda y tercera. Estas experiencias nos ayudan a dar un enfoque nuevo y tal vez, despues de un par de intentos más, funcione, y nos funcione para años venideros. Porque no hay que refrenarse ante la derrota, ni pensar que los alumnos atienden y el profesor enseña, porque nosotros también aprendemos. Es aprendizaje mutuo.
Y estas estrategias que os he comentado que nosotros mismos hemos visto, se pueden tomar como un juego, y aún no ha nacido el niño al cual no se le pueda motivar mediante el juego.
De nuevo, también planteo trabajar desde la emoción. Una actividad que yo hacía mucho como monitora, era escribir y pintar la música: no era más que poner a los niños algunas canciones sin letra, como bso o música clásica y que ellos trataran de dibujar... o para los mayores, escribir lo que sentían. No tenían que hacerlo perfecto, no nos limitábamos sólo a escribir prosa o verso. Ellos podían escibir lo primero que se les venía a la cabeza, palabras sueltas, expresiones, oraciones...
Era una forma de sacar al exterior una emoción. A la segunda vuelta, con ideas plasmadas y una emoción a flor de piel, trataban de darle coherencia a lo que habían escrito. A la tercera vuelta, trataban de perfeccionarlo, y al final, salían pensamientos sinceros y diferentes... provocados por una melodía. Si no lo habéis hecho, probadlo, sobre todo los excépticos. Lógicamente esto lo hacia con niños de 10 años en adelante. Pero ya es algo.
Lo que si debemos de tener en cuenta es que la creación lleva su tiempo. Hay días en los que nuestra imaginación está a niveles muy bajos y no tenemos inspiración, y otros días en los que parece que brotan solo, y es nuestra labor ser pacientes con los niños, evitar que se frustren porque no se encuentren capaces de hacer nada, y probar más adelante. Por tanto las actividades de creación tienen que programarse con tiempo, en diferentes días o diferentes momentos del día, y contando con que al principio del día pueden estar aún un poco dormidos y "obtusos" y al final del día estarán cansados para pensar y crear.
Lo que si debemos de tener en cuenta es que la creación lleva su tiempo. Hay días en los que nuestra imaginación está a niveles muy bajos y no tenemos inspiración, y otros días en los que parece que brotan solo, y es nuestra labor ser pacientes con los niños, evitar que se frustren porque no se encuentren capaces de hacer nada, y probar más adelante. Por tanto las actividades de creación tienen que programarse con tiempo, en diferentes días o diferentes momentos del día, y contando con que al principio del día pueden estar aún un poco dormidos y "obtusos" y al final del día estarán cansados para pensar y crear.
Creatividad, esa es la clave. Podéis poner el verbo que queráis: trabajar, reforzar, estimular, realzar, desarrollar, destacar, enriquecer, resurgir... Pero es VITAL no matar la creatividad en la escuelas.
Me viene a la mente, como a muchos supongo, la charla de Ken Robinson y el paradigma educativo: "Las escuelas matan la creatividad". Lo he visto tantas veces reflejado en ilustraciones, charlas, franses célebres... Y aún no aprendemos.
Rodari también lo dijo: los niños nacen con creatividad y la escuela se encarga de eliminarla. Por lo tanto, eliminamos el desarrollo emocional en el aula. Parece que esto no cuenta, que no es evaluable porque es subjetivo y que no es una competencia básica (y lo es realmente).
Las escuelas no sólo no deben matar la creatividad innata de los niños, sino todo lo contrario, tiene que ayudar a darle una forma, la que el niño desee, pero debe hacer por que los niños la desarrollen, pues una persona creativa, es ingeniosa con los problemas que se le plantean, y suele buscar no una, sino varias soluciones con desenvolura. Hablo lógicamente del pensamiento divergente.
Para no matar la creatividad a la hora de hacer creación literaria, hay cosas que no debemos hacer:
- Guiar al alumno, o mejor dicho dirigir o redirigir al alumno hacia lo que nosotros consideramos que es lo correcto. No enfocarles hacia ninguna idea, y ser completamente neutrales cuando el alumno nos pide ayuda. Se pueden poner pautas para avivar su imaginación y desbloquearles la mente. Hay que facilitarles el trabajo, nada más.
- No hay trabajos mal hechos, sólo mejorables. Cada niño escribe como puede, según su léxico, su capacidad de plasmar sus ideas, su nivel de lectura... todo. Incluso un mal día puede influir. Y ante esto, un mal estímulo puede hacer que el niño pierda todas sus ganas por hacerlo bien, y que no quiera repetir la experiencia.
- No dejemos las cosas al aire, hay que dar una explicación de lo que se quiere con la creación, poniéndoles nuestro propio ejemplo, o dándoles más ejemplos de autores diferentes, de otros niños, o, si tenemos la suerte de tener trabajos de otros años, mostrar esos mismos. Por supuesto habrá niños que "copien" una idea, pero el resto buscará la originalidad porque los niños son así. Les encanta crear algo suyo y que no se parezca a nada de lo que sus compañeros hagan. ¿O es que no sabíais esto?
- Intentar no dar una sensación de trabajo obligatorio. Por el contrario, bien podemos crear una competición, una exposición de relatos, trabajar con distintos materiales: Un ejemplo podría ser enseñarles a envejecer un folio con agua y café, a modo de pergamino. Entonces todos nos convertimos en damas y caballeros que escriben misivas a sus familias, y que las entreguen posteriormente a sus padres y madres.
- No ceñirnos sólo a la forma de trabajo individual. Eso esta bién en ciertas ocasiones. De hecho hay que enseñarles a trabajar también, desde la idea incial, hacer borradores y corregirlos y conseguir el resultado deseado. Pero la forma colaborativa o conjunta, implica la realización del trabajo entre todos. Este tipo de creaciones tienen una riqueza de imaginación, de expresividad, de la personalidad de cada uno... Ellos se ven reflejados en lo que han aportado y a la vez, saben que las aportaciones de sus compañeros hacen el todo. En actividades como historias que se escriben entre todos, hay un desarrollo cognitivo enorme ya que se trata de seguir el hilo de lso fragmentos que se van haciendo y de buscar la coherencia, sin cambios súbitos ni repentinos.
- Recordar que hay que trabajar los 3 generos. La poesía es la que menos se usa, y además es la que más estimula a los alumnos. Debemos tener en cuenta que la poesía NO tiene que rimar, algo que muy equivocadamente se dice en las aulas y que los alumnos retienen tanto que llega alguien que les dice lo contrario y no lo creen. Ayudemos a los niños a sentir la literatura, la creación... y todo puede comenzar con la poesía.
Creo que todo esto en el fondo lo sabemos, que no hay que hacer grandes cosas por aplicarlo y que por supuesto todo es tener interés como ya he dicho más arriba.
Lamento decir, que no he visto nada de creación en las aulas, y que por tanto no puedo ofrecer más crítica que el decir que no lo hay y que no es bueno para nadie. Si es verdad que, otra vez con Pupi, cada fin de semana un niño se llevaba el peluche y contaba lo que había hecho el fin de semana con él, pero si sólo corresponde un fin de semana cada niño, solo hacen "creación" literaria una vez al año. Vamos, muy muy poco para lo que se debería hacer.
Debemos ser conscientes de que siempre hay una forma de hacer las cosas, siempre hay estrategias a seguir, siempre hay una manera.... Pero debemos buscarla, el profesor no debe dejar de aprender, no debe dejar de formarse, y no debe perder en ningún momento las ganas por fomentar todo el significado de la palabra "educar".
Y para enseñar a crear, debemos ser creadores nosotros mismos, y encontrarnos en las mismas dificultades en las que se pueden encontrr los niños para saber solucionarlas y anticiparnos a los problemas antes de que vengan.
Y para enseñar a crear, debemos ser creadores nosotros mismos, y encontrarnos en las mismas dificultades en las que se pueden encontrr los niños para saber solucionarlas y anticiparnos a los problemas antes de que vengan.
Aquí algunos links para ayudar a los alumnos en sus creaciones:
http://www.refranerocastellano.com/
http://www.palabrasque.com/
http://www.titerenet.com/2012/09/03/guiones-para-titeres-el-gatito-desobediente/
Links de técnicas para escribir:
http://www.quadernsdigitals.net/datos_web/hemeroteca/r_7/nr_113/a_1376/1376.htm
http://talleresytecnicas.blogspot.com.es/
http://creacionliteraria.net/2012/04/tcnicas-para-desarrollar-la-creatividad/
Y tanto que la creación lleva su tiempo, es algo que hay que tener muchísimo en cuenta cuando trabajemos con los alumnos. A mí, personal,ente me cuesta muchísimo hacer algo creativo cuando me lo mandan (por ejemplo para algún trabajo o para alguna exposición) sin embargo si tengo tiempo para pensarle y puedo hacerlo con mayor libertad, hay veces que las ideas salen solas.
ResponderEliminarMe ha encantado la actividad que has descrito que hacías como monitora, nunca la había escuchado. Recuerdo que en el cole, cuando era la hora lectura, todos leíamos en voz baja el mismo libro, cada uno a su ritmo, y mientras tanto mi tutora nos ponía la BSO de "el último mohicano", pero escuchar música mientras creas algo...nunca me lo había planteado, algún día probaré hacerlo.
Un placer leerte, como siempre :)
Un descubrimiento y un aprendizaje conjunto... eso es. Perfecto.
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