Quien me conoce, sabe que yo siempre he tenido un pensamiento peculiar con respecto a mi futuro como docente. Desde pequeña demostré que era capaz de organizar actividades divertidas para mis compañeros, y eso lo desarrollé mucho en los campamentos a los que yo iba de pequeña. Siendo monitora me dí cuenta que se puede educar desde lo lúdico, desde actividades destinadas en principio al ocio y a la diversión, y que la respuesta de los niños era muy buena. ¿Por qué entonces, ahora, como futura docente, no hacer lo contrario?.
Es uno de mis ideales, algo que, quien se ha leído mi blog, lo sabe y que ya han comentado. Educar mediante el entretenimiento, las risas, el humor. Y no me refiero a que todo sea "jauja" como diría mi madre, sino a intentar que cada día o cada semana haya algo inesperado para los alumnos, algo que les haga desear venir a la escuela.
Y tal vez algún día recuerden cómo eran mis clases, tal vez les deje huella como profesora y sepan, como yo lo se hoy, que siempre hay otra manera.